jueves, 13 de diciembre de 2018

Sueño minimalista

Un día, una señorita salió de paseo al campo en su día de descanso. Ella se dedicaba a las ventas y todo el día estaba muy ocupada, con miles de pendientes y citas, sin tener tiempo para ella; no le iba mal en cuestión de dinero y pensaba que eso la tenía tranquila en un mundo capitalista.
Ese día, ella recorría tranquilamente el paisaje, cuando le hablaron de su trabajo y tenía que ir inmediatamente.
Encendió su automóvil y aceleró para llegar lo antes posible. En el camino, vio una pequeña casa y miles de rosales de todos los colores. Le sorprendió tanto que paró el carro y se detuvo a contemplarlo.

Ahí estaba una señora, sonriendo y arreglando delicadamente los rosales. La señorita se acercó y le dijo que estaba sorprendida por lo hermoso del lugar y que si le podía vender una docena de rosas. La señora le agradeció y le dijo que se las regalaba, las cortó y le dio un ramo hermoso.

La chica, con su mentalidad de hacer negocios, le preguntó a la señora que por qué no las vendía, que podría obtener mucho dinero porque estaban bien cuidadas. La señora le respondió que para ella no era necesario, que lo hacía por gusto al mismo tiempo que le preguntó: "A ti, ¿Qué te gustaría hacer?¿Cuál es tu sueño?"

La señorita le contó que su sueño siempre fue que quería vivir lejos de la ciudad, respirar aire fresco por la mañana, no preocuparse por qué comer, tener una pequeña casa para que la limpieza no fuera tan desgastante y lo más seguro es que plantaría muchísimos rosales a su alrede...dor. Se dio cuenta que estaba describiendo la casa de la señora.

La señora le dijo: "Creo que yo ya estoy viviendo tu sueño, ahora comprendes por qué estoy tan feliz y no quiero vender mis rosas". La señorita calló, agradeció nuevamente y se fue.

Así es cómo te das cuenta que los sueños sí se pueden realizar, y que está en ti la decisión.